El teatro en los niños libera, desinhibe, aúna, comparte... El juego dramático será de verdad un juego y todos vivirán colectiva y maravillosamente la aventura del teatro como una experiencia única.
Con el teatro nos adentramos en el mundo de las letras, de los cuentos, de la imaginación, aprenden a ponerse en el lugar del otro y a experimentar situaciones nuevas de las que aprender sin complejos.
Las actividades de dramatización ejercen una gran influencia en el desarrollo integral de la personalidad infantil, dado que son satisfechas muchas de sus necesidades motrices, comunicativas, afectivas y cognitivas. La finalidad primordial no es lograr una ejecución perfecta, sino practicar los mecanismos de expresión. A parte de su utilidad para aliviar ansiedades y exteriorizar experiencias internas, también les ayuda a establecer ciertos límites en la esfera de fantasía-realidad.
Los elementos precisos son: Los personajes, una trama, variables espacio-tiempo, el argumento, los sentimientos como instrumento de expresión, la dicotomía realidad-fantasía y la idea de actividad grupal.
El juego de roles o juego dramático siempre partirá de los intereses del niño y se realiza, como todo juego, por el propio placer de jugar.